La película Zeitgeist, dirigida por Peter Joseph y estrenada de forma gratuita en internet en el año 2007, se ha convertido en un éxito de público, siendo visualizada hasta la fecha «más de 300 millones de veces» según señala su sitio oficial. Su narración se divide en 3 partes presentadas de forma independiente, siendo la primera, titulada La historia más grande jamás contada, la que es de interés para esta reseña y según su sinopsis describe las similitudes existentes entre los mitos de distintas religiones antiguas y el cristianismo.
Zeitgeist se presenta como un documental y en donde los hechos narrados se aseguran que son «datos históricos»… sin embargo, ¿cual es la verdadera fiabilidad histórica de los datos presentados en Zeitgeist? Esa es la pregunta que intentaré responder, de la forma más objetiva y metódica posible, considerando las afirmaciones vertidas no solo en la película en si misma sino también en su guía oficial, el Companion Source Guide (citado a partir de ahora como CSG) y que ha sido elaborado por D.M. Murdock (aka Acharya S.), cuyos libros, especialmente «Christ in Egypt: The Horus-Jesus Connection«, son a su vez una de las principales fuentes primarias utilizadas por Zeitgeist.
Presentando a Horus
En realidad el dios mostrado no es Horus sino Ra-Horakhty, que es un sincretismo entre los dioses Ra y Horakhty, una forma solar de Horus que relaciona a este dios con los 2 horizontes y por lo tanto con el sol naciente y el sol poniente.1 Sin embargo el dios solar por excelencia no es Horus sino Ra, con quien luego se identificarían innumerables dioses (incluyendo Horus, evidentemente).
El dios Horus es uno de los más complejos del panteón egipcio y tiene numerosas formas, y si bien es cierto que es uno de los dioses más antiguos, en su forma más primitiva no se relaciona exclusivamente con el Sol sino con el cielo en su conjunto. Zeitgeist al tratarlo de «el Dios Sol» en vez de «un dios solar» influye a pensar de forma errónea que es el único dios relacionado con el Sol, confusión que aumenta al recalcar este hecho en cada oportunidad que se presenta y olvidarse que esa es solo una faceta de Horus, faceta que por cierto no es la involucrada en los mitos que se citan posteriormente.
Horus no es un mesías ni nunca fue considerado así por los antiguos egipcios. Se podría argumentar que la figura del faraón, en su función de mantener la Maat, es mesiática. Sin embargo aún tomando por válido este argumento, el mesianismo faraónico dista conceptualmente mucho del mesianismo cristiano. Lo cierto que la utilización de esta palabra solo puede entenderse si aceptamos que la agenda perseguida por la película y especialmente por D.M. Murdock (la cual cuenta con numerosas publicaciones en dicho sentido) no es presentarnos objetivamente la evidencia disponible sino convencernos, no sin cierto aire de fanatismo anticristiano, de la relación entre Horus y la figura de Jesús.
Horus y Seth
Aquí y en las citas siguientes ya empezamos a ver ideas nacidas de una mezcla ad hoc de obras obsoletas, diferentes mitos y épocas y un gran desconocimiento de la mitología egipcia. La realidad es ciertamente mucho más compleja que lo expresado en el video. Como ejemplo de una de estas complejidades tenemos la figura de Seth. Aunque es cierto que personifica ciertos aspectos de caos y violencia y que según los textos mitológicos luchó contra Horus (ganándose una mala fama que se vio incrementada con el paso del tiempo y la popularización del culto osiríaco), nunca fue considerado una «personificación de la noche» ni de la oscuridad.2 Tampoco fue considerado un dios enteramente maligno hasta casi el final de la civilización egipcia, rechazo causado no por sus características originales sino por su asimilación a dioses de las potencias invasoras.3
De hecho su función en los textos funerarios es ayudar y defender al dios sol Ra en su lucha contra el demonio Apofis. También forma un sincretismo con Horus en la forma de Horus-Seth o «Horus de las dos cabezas» y juntos representan la unión y el equilibrio entre el Alto y Bajo Egipto. En los Textos de las Pirámides es la fuerza de Seth la que reclama el faraón muerto (TP 1145) y muchos faraones guerreros se identificaron con él, como Tutmosis III el cual se llamó a si mismo «amado de Seth» o el gran faraón Ramsés II, del cual se indica que «luchó como Seth» en la famosa batalla de Kadesh.4
La concepción egipcia del bien y el mal sumada a su visión dual del mundo hace que no existan dioses 100% buenos o 100% malos tal como nos quiere hacer creer Zeitgeist. Horus y Seth son llamados también «Los 2 Compañeros», denominación que enfatiza sus caracteres complementarios, no excluyentes. Incluso diosas consideradas de noble espíritu, como Isis o Hator, nos muestran con sus leyendas como también han realizado prácticas moralmente cuestionables: Isis envenena a Ra para robar su nombre secreto5 y Hator como «Ojo de Ra» casi extermina la Humanidad.6
Estamos ante una afirmación que no solamente es errónea, sino que también refleja un profundo desconocimiento de la mitología egipcia. Según la leyenda mencionada, recogida en el Papiro Cheaster Beatty I, la batalla mitológica entre Horus y Seth no era una batalla diaria sino que fue una batalla puntual; duró 80 años y terminó cuando el consejo de dioses nombró a Horus ganador y le dio el gobierno de Egipto, enviando a Seth a acompañar y defender a Ra-Horakhty.7
La dicotomía día-noche no involucra a la dupla Horus-Seth sino al viaje que realiza por el inframundo el dios Ra en su barca solar o, según otros corpus religiosos, el viaje que realiza dicho dios por dentro del cuerpo de su hija Nut, la bóveda celeste, antes de ser parido de nuevo cada día.8 En ese viaje por las 12 horas nocturnas el dios sol debe de enfrentar varios peligros, siendo auxiliado por una corte de dioses y en donde, como ya vimos, Seth también participa, siendo uno de los protagonistas principales en la lucha contra el demonio Apofis, tal com está expresado en la llamada «Hora 7» de la composición de textos religiosos conocida como «Libro del Amduat».9
El nacimiento de Horus
El CSG cita a Plutarco para afirmar que Horus nació en el «solsticio de invierno» lo que es equiparado al 25 de diciembre y utilizado luego como prueba de la conexión Horus-Jesús. Sin embargo esta afirmación presenta varios problemas y no concuerda con los conocimientos que tenemos actualmente sobre la mitología egipcia ni sobre los calendarios que utilizaban.
- Al no ser calendarios solares exactos, en los calendarios egipcios los eventos astronómicos no suceden en un día concreto de forma constante sino que se van desfasando a medida que pasan los años. Asimismo los solsticios, aunque existe evidencia de que eran conocidos por los antiguos egipcios, no eran registrados por sus calendarios.
- No existe un único día sino que son varias las fechas identificadas con el nacimiento de Horus u otras divinidades solares relacionadas, como Ra.
- Plutarco nació cuando Egipto ya estaba bajo dominio romano y su obra data del año 100 d. C. Hay que considerar que sus descripciones de las creencias egipcias no son objetivas sino que presentan una fuerte influencia greco-romana.
- El establecimiento del 25 de diciembre como fecha de nacimiento de Jesús no se da en el cristianismo primitivo sino que se produce posteriormente, por lo tanto no parece que tenga conexión alguna a ninguna creencia egipcia.
Calendarios egipcios: el calendario civil y el lunar
Se ha escrito extensa bibliografía sobre la existencia de múltiples calendarios egipcios, y el número y naturaleza de los mismos está aún hoy en día en discusión,10 pero la hipótesis más acepada es que con seguridad existían por lo menos 2 calendarios: el calendario civil (solar) y el lunar.11
El calendario civil no era, a pesar de su nombre, utilizado por la plebe sino que se utilizaba para los textos oficiales. Consistía en 365 días: 360 días distribuidos en 3 estaciones llamadas Inundación AXt Siembra prt y Cosecha Smw de 4 meses con 30 días cada uno, más 5 días epagómenos (extras). Sufría un natural corrimiento a causa de su diferencia en duración con el año solar real (que dura 365,2422 días) por lo que cada 4 años se atrasaba 1 día con respecto al año solar.
El calendario lunar también se dividía en 12 meses de 29 o 30 días, determinados por las fases de la Luna, algo fácilmente observable a ojo desnudo. Este calendario no solo era el que usaba la gente común para computar el tiempo sino también el que organizaba las festividades religiosas y se intentaba mantenerlo acompasado (con la inclusión de un mes 13 de ser necesario) al calendario civil.
Una vez aclarado que según los calendarios utilizados por los antiguos egipcios los eventos astronómicos no sucedían siempre en el mismo día del año sino que se iban moviendo de forma cíclica por todas las estaciones, queda patente que no tiene ningún sentido, desde el punto de vista antiguo, asignar un día concreto al solsticio. De hecho aún con la corrección realizada por el calendario juliano se producía un corrimiento y no es hasta la introducción del actual calendario gregoriano en el año 1582 d. C. que las fechas de los eventos astronómicos como los solsticios permanecen constantes.12
Las contradicciones que históricamente se dieron debido a la diferencia de duración entre el año civil (365 días) y el año solar (365,2422 días) eran sobradamente conocidas por los egipcios y aún siendo fácilmente corregibles agregando un sexto día epagómeno cada 4 años, no lo hicieron. No debe por lo tanto asombrarnos y debemos aceptarlo como algo natural, de forma similar a como nos resulta natural que el noveno mes del actual calendario gregoriano se llame «mes séptimo» (Septembris).
Días asociados con el nacimiento de Horus
A pesar de lo afirmado en la película, no existe mención alguna en textos egipcios al solsticio de invierno como el nacimiento de Horus. Zeitgeist se basa en la obra del historiador y biógrafo griego de época romana Plutarco (c. 45-120 d. C.) el cual habla en los siguientes términos:13
Isis, cuando se dio cuenta que estaba embarazada, se colocó un amuleto el sexto día del mes Phaophi; y en un período cercano al solsticio de invierno dio a luz a Harpocrates
Plutarco, De Iside et Osiride.
En efecto, Plutarco nos habla de Harpocrates, que es el nombre helenizado de Horus-el-niño. Sin embargo en Zeitgeist se olvidan convenientemente de mencionar que Plutarco vivió en época romana, no egipcia, y que sus escritos están por lo tanto influenciados por los conocimientos e ideas de la época. No sabemos cuales fueron las fuentes utilizadas por Plutarco para hacer dicha afirmación, pero la fiabilidad de los conocimientos por parte de griegos y romanos de las ideas egipcias debe de ser, por lo menos, puesta en duda. El propio Plutarco afirma14 sobre Harpocrates lo siguiente:
A Harpocrates no hay que considerarlo un dios infante e imperfecto [..] él mantiene su dedo en sus labios como u símbolo de reserva y silencio.
Plutarco, De Iside et Osiride.
Hoy en día sabemos muy bien que esta interpretación es errónea y se debe a que los griegos malinterpretaron la forma canónica utilizada por los egipcios para representar a los infantes. La obra de Plutarco es sin duda la recopilación más completa y unificada que tenemos del ciclo osiríaco y por eso es frecuentemente citada, pero hay que recordar que Plutarco no poseía conocimientos profundos sobre egiptología y por lo tanto es conveniente ser cuidadoso y escéptico con muchas de sus afirmaciones, sobretodo con las que no pueden ser corroboradas de forma independiente por textos originales egipcios.
Veamos ahora otras festividades, estas si mencionadas en las fuentes egipcias, asociadas con el nacimiento de Horus u otros dioses solares.15
- El nacimiento de Horus era celebrado tradicionalmente en el segundo día epagómeno, que se llamaba justamente mswt Hrw que quiere decir literalmente «Nacimiento de Horus». Los días epagómenos eran 5 días extra que eran computados por fuera de las estaciones y meses establecidos y se añadían al final de los 360 días del calendarios civil para acercarlo de esa forma al ciclo solar. Se dedicaban al nacimiento de 5 dioses: (1) Osiris, (2) Horus, (3) Seth, (4) Isis y (5) Neftis.
- El primer día del año civil (mes 1, Inundación, día 1) era celebrado también como mswt ra o «Nacimiento de Ra» y de la misma forma era denominado el último mes del calendario lunar. El calendario civil comenzaba por la estación denominada «Inundación» (en referencia a la crecida del Nilo) y por lo tanto su inicio ideal debe de ser situado aproximadamente a mediados de Julio-Agosto. Es posible que esta festividad, en épocas muy remotas, si estuviera asociada al solsticio de invierno (y como dios que representa al sol naciente, con Ra-Horakhty), pero con la aparición del Estado y la unificación de Egipto en el cuarto milenio a. C. quedó asimilada al calendario civil y tomó el significado de «nacimiento del año», quedando desligada del solsticio invernal.
Los solsticios y los textos egipcios
El CSG se basa en el diccionario de jeroglíficos16 de Wallis Budge (1857 – 1934) para justificar sus afirmaciones, como en este caso con un jeroglífico que significaría «solsticio de invierno». Dicho diccionario, aunque considerado una obra pionera en su tiempo, fue escrito en 1920 y en su mayoría es considerado obsoleto por la egiptología moderna, no en vano ha pasado casi un siglo y se han sucedido numerosos avances en la comprensión lingüística del idioma egipcio. Ninguno de los diccionarios de uso actual17 atestigua la existencia de la palabra «solsticio» y de hecho el reconocido egiptólogo alemán Rolf Krauss afirma que, al contrario con lo que pasa con la aparición de la estrella Sirio, «los solsticios no aparecen registrados en los calendarios egipcios».18
Si bien es cierto que existe evidencia de alineaciones astronómicas de ciertos templos hacia los solsticios,19 la ausencia de menciones en los registros calendáricos indicaría que este fenómeno probablemente fuera considerado importante desde un punto conceptual-mitológico pero no significativo desde una visión festivo-religiosa.
Sobre la fecha de nacimiento de Jesús
Llama poderosamente la atención que una tesis que se esfuerza tanto en encontrar paralelismos entre la religión egipcia y el cristianismo no mencione en ningún momento a los legítimos herederos históricos de la civilización egipcia: los cristianos coptos.
Aunque no sea tema de este artículo no puedo dejar pasar la ocasión para indicar que la propia Iglesia copta reconoce que los primeros cristianos no celebraban el nacimiento de Cristo y que el día exacto de ese hecho es desconocido.20 Inclusive La Biblia no menciona ningún día concreto, pero de las descripciones que hace parece desprenderse que asignar el natalicio de Jesús a fechas invernales sería altamente improbable. El teólogo cristiano Clemente de Alejandría (c. 150-215 d. C.), quien estaba en el año 190 al frente de la principal escuela teológica de la época (la Escuela catequística de Alejandría), nos cuenta lo siguiente21 sobre los egipcios cristianos de aquella época:
Hay quienes han determinado no solo el año del nacimiento de nuestro Señor, sino también el día; dicen que tomó lugar en el vigésimo octavo año de reinado de Augusto, el día 25 de Pashons.
Clemente de Alejandría, Stromata (I)
Pashons 25 del año 1 d. C. según nuestro calendario actual es el 20 de mayo y no coincide por lo tanto con el solsticio de invierno. Además de esta fecha se han propuesto a través de los siglos numerosas variantes. El definitivo establecimiento del 25 de diciembre como nacimiento de Jesús es incierto, pero en todo caso no parece tener su origen en Egipto y habría que relacionarlo quizás con otras fiestas paganas (como la fiesta romana de Natalis Invicti Solis).
Paralelismos entre Isis y la Virgen María
No es imposible, pero es realmente difícil cometer tantos errores en tan poco texto. No solo se intenta jugar con nuestro subconsciente para sugestionarnos con un inexistente y forzado paralelismo fonético entre Isis y María, sino que además define a Isis como «virgen», ignorando que la virginidad en el antiguo Egipto tenía muy poca virtud asociada22 y que, como veremos a continuación, existen múltiples evidencias en sentido contrario.
El nombre de Isis
El nombre correcto de la diosa referida es simplemente Ast Ast o Isis Ἶσις. La palabra meri mry significa solamente «amado por» y es muy común encontrarla junto a nombres de dioses (de hecho hasta Seth tenía el epíteto «amado de Ra»23 ) o formando parte de los nombres propios de diferentes personas. Tenemos por ejemplo al faraón Ramsés II, que se llamaba además Meriamón (Amado por Amón) o su hijo y sucesor, el faraón Merenptah (Amado por Ptah); otro hijo de Ramsés fue Merira (Amado de Ra) y hasta tenemos a Meriseth (Amado de Seth). También se utiliza en contextos más amplios, como por ejemplo en mry nswt mrrw niwt.f Hssw nTrw.s nbw que se traduce como «uno que es amado por su rey, amado por su ciudad y a quien todos los dioses bendicen».24
Queda demostrado por lo tanto que «meri» es una palabra genérica que puede aplicarse a cualquier cosa y no tiene ninguna conexión específica con Isis. Murdock es conciente de esto y así lo demuestra en su libro «Christ in Egypt: The Horus-Jesus Connection«, pero luego hace un ejercicio de contorsionismo dialéctico para justificar su denominación «Isis-Meri».25 Recordemos que en ciencia la carga de prueba recae sobre quien hace una afirmación, sin embargo todas las suposiciones que hace Murdock (sobre como «evidentemente» Isis «mutó» en María) no están sustentadas por ninguna evidencia, siendo meras especulaciones de la autora.26
Isis, la virgen-no-tan-virgen
Además de lo ya expresado anteriormente, existe amplia evidencia que deslegitima la afirmación de que Isis era virgen. Sin entrar en el debate de si la concepción de Horus-el-niño mediante un falo sustituto y magia involucra una concepción asexuada o no, lo cierto es que Plutarco relata27 de forma clara e inequívoca otros encuentros sexuales de Isis y Osiris anteriores a ese hecho:
Isis y Osiris estaban enamorados de cada uno y confraternizaron juntos en la oscuridad del útero antes de nacer. Algunos dicen que de esa unión surgió Arueris, llamado Horus-el-viejo por los egipcios pero Apollo por los griegos.
Plutarco, De Iside et Osiride.
Como se ve, Isis no era nada virgen para Plutarco, sin embargo Murdock, tan rápida en citarlo cuando le conviene, prefiere ignorar este molesto hecho en un verdadero uso selectivo de la evidencia.
El verdadero significado de ḥwn.t
Uno de los argumentos que usa Murdock para afirmar la virginidad de Isis es la lectura de textos egipcios, aunque es increíble que para eso use fundamentalmente no libros especializados en escritura egipcia, sino un diccionario teológico cristiano, el Theological Dictionary of the Old Testament. Murdock utiliza dicho texto para afirmar que a Isis se la llamaba «la gran virgen».
Al leer las traducciones de los textos egipcios originales que son utilizados como fuente de tal afirmación, nos podemos dar cuenta que ningún egiptólogo traduce Hwn.t específicamente como «virgen».
- El diccionario inglés de Faulkner (el principal diccionario de referencia actual en dicho idioma) lo traduce como maiden (doncella).28
- El diccionario alemán Thesaurus Linguae Aegyptiae por su parte presenta la traducción como mädchen29 (niña, joven).30
- El diccionario español del egiptólogo Sánchez Rodirguez lo traduce como soltera.31
- El canadiense Mercer en su traducción de los Textos de las Pirámides también traduce la expresión como mistress (señora) y damsel (damisela o doncella).32
Tenemos por lo tanto que los principales diccionarios de referencia tanto en inglés como en alemán y español no hacen ninguna mención a «virgen» y en todo caso para encontrar una mención en dicho sentido hay que remontarse a obras ya obsoletas como el ya mencionado diccionario de Budge.
De todos modos nos podríamos haber ahorrado esta danza de traducciones si hubiéramos ido al núcleo de la palabra original egipcia, que no es otra cosa que el femenino (la t final denota femenino) de Hwn y esta última es lo que comúnmente se ha traducido como «niño» o «joven».33 De hecho el signo determinativo de Hwn.t no es un determinativo sexual sino un niño con el dedo en la boca (Gardiner A17), el mismo determinativo que se usa en palabras tales como «niño pequeño» o «ser niño». La palabra egipcia que literalmente significa «virgen» fue utilizada de forma muy anecdótica y parece acotada a contextos médicos (como en el Papiro Médico de Berín -3038- donde se habla de «orina de una virgen»). Se translitera ana.t y su determinativo si es de evidente carácter sexual (Gardiner D53).34
Sobre la estatua de Neith/Isis/Atenea en Sais
Resta responder la siguiente afirmación que se hace en el CSG:
También, en el templo de Neith e Isis en Sais había una antigua inscripción que ilustraba el nacimiento vírgen del sol: «El presente, el futuro y el pasado. Yo soy. Mi ropa interior ninguno ha descubierto. El fruto que he dado a luz, el sol vino a la existencia».
Zeitgeist: The Movie – Companion source guide
Sin embargo, como quedará demostrado, esta cita está manipulada. La frase a la que se hace referencia no nos ha llegado hasta nosotros en su soporte original, sino que referenciada vía 2 autores clásicos, el ya mencionado Plutarco y el filósofo griego Proclo (c. 410-485 d. C.).35
su filosofía [..] está velada en mitos y en palabras que contienen reflexiones oscuras y esbozos de verdades [..] ubicando esfinges frente a sus santuarios para indicar que su enseñanza religiosa posee un tipo de sabiduría enigmática.36 En Sais la estatua de Atenea37 que ellos creían que era Isis, portaba la inscripción: «Yo soy todo lo que ha sido, es y será, y mi túnica ningún mortal ha descubierto aún».
Plutarco, De Iside et Osiride.
«Yo soy el presente, el futuro y el pasado. Nadie ha removido la cubierta de mi capa. El fruto que he dado a luz ha generado al Sol». Por lo tanto la diosa37 está involucrada en procesos de creación, invisible y a la vez visible.
Proclo, Comentarios al Timeo de Platón.
De alguna forma misteriosa la túnica/capa de los autores clásicos ha pasado a Zeitgeist como «ropa interior» (¿!). Además por el contexto en que es usada la cita por parte de Plutarco y Proclo, se aprecia claramente que la referencia no hace alusión a una supuesta virginidad sino al aspecto oculto e incognoscible de la diosa Neith, de como crea «de forma visible pero a la vez invisible». En efecto, Neith era considerada en una de las cosmogonías egipcias como una diosa creadora, y asociada por lo tanto a Nun, el estado acuoso que precedió a la creación. Uno de los conceptos que implicaba este estado pre-creacional era su incognoscibilidad, su estado escondido y misterioso, tanto es así que en la Ogdóada Hermopolitana esto era representado por el dios Amón, cuyo nombre se traduce como «el oculto».
Como conclusión, y citando al egiptólogo y profesor de la Universidad de Arizona Richard Wilkinson, «algunas veces se ha dicho que (Neith) debió de haber sido una diosa neutra, casi asexuada, no muy diferente a la diosa virgen del cercano oriente Anat o la griega Atenea, (pero) la evidencia de Neith como una diosa madre milita en contra de esta visión».38
Isis y otras diosas
A Isis se la conocía también como «la de los mil nombres» y ese titulo ya nos da una pauta de su popularidad. Sin duda que sus asociaciones con otras diosas fueron frecuentes y muy variadas, inclusive con diosas consideradas «vírgenes» (como la griega Artemisa), pero en época grecorromana se destacaron dos: con la diosa griega Afrodita y la diosa fenicia Astarté. No voy a explayarme demasiado sobre las características de estas 2 diosas, pero vale indicar que representan todo lo contrario a la virgen y casta María cristiana. No solo no eran evidentemente vírgenes, sino que representaban la atracción física sexual y ambas estaban ligadas a prácticas de prostitución ritual en sus templos (los griegos usaban para esto el eufemismo hieródula, o «sierva sagrada»).
La iconografía de Isis-Afrodita, representada como una mujer desnuda no deja lugar a dudas sobre la concepción de castidad que representaba, aunque no es menos cierto que Isis se asoció a innumerables diosas de muy diferentes culturas y algunas de sus características si podrían estar presentes y haber influenciado el culto de la Virgen María. Sin embargo hay que ser muy cuidadosos de no confundir orden cronológico con causa y efecto: Post hoc ergo propter hoc. La influencia del culto de Isis en el culto de la Virgen María hay que analizarla desde un marco más complejo que un simple «María es Isis» y los últimos estudios apuntan a que si bien cierta influencia y préstamo iconográfico existe (sobretodo en la representación de Isis-lactans) hay pocas evidencias que apunten a una continuidad del culto a Isis en el culto a María.39
Una estrella en el Este
Evidentemente no existe ninguna estrella que aparezca en el este en la fecha propuesta del solsticio de invierno. Conscientes de eso, lo que hacen aquí es aplicar el comodín «es claro que se refiere a un hecho fantasioso-mitológico», muy similar a como los cristianos defienden y re-interpretan la Biblia cuando se demuestra que la historicidad de muchos de sus pasajes no es cierta.
Sin embargo toda la tesis parte de una base terriblemente errónea: la interpretación de que la estrella bíblica está «en el Este». Esto es fácilmente desmontable y hecho eso ni necesidad hay de incursionar en los complejos conceptos astro-mitológicos egipcios. En efecto, en el texto bíblico los que van a ver a Jesús a Belén son «los magos» (en la Biblia nunca se refieren a ellos como reyes, ni nos dicen su número) y que vienen «del Este», por lo tanto los magos van camino hacia el oeste. Para que tal como dice la Biblia una estrella «naciente» los pueda guiar y quedar frente a ellos, el sentido común indica que esa estrella debe de estar en el Oeste, pues lógicamente el Este quedaría a sus espaldas. Una traducción más antigua de ese pasaje40 habla sobre que «(los magos) vimos su estrella en el Este» pero eso se refiere a la posición de los magos cuando observaron la estrella, en el sentido que ellos estaban en el Este (y la estrella les estaba indicando donde había nacido Jesús, osea al Oeste de ellos). Por lo tanto se puede concluir fácilmente que la estrella bíblica, sea una referencia real o mitológica, hace referencia a una estrella que nace en el oeste41 y en ese momento toda comparación que se quiera hacer con Sirio, cuyo orto heliaco es en el Este, cae por improcedente.
Horus como niño prodigio
La justificación que dan para esta (disparatada) afirmación se basa en que, palabra más palabra menos, «Horus es el sol naciente hasta la hora 12 del día donde se convierte en Ra, un sol adulto». Más allá de lo fantasioso que puede resultar este argumento sin ninguna fuente o referencia y de lo infantil que parezca hacer la equivalencia de 12 horas con 12 años tan solo porque compartan el número (no, no vale un «hay que interpretarlo desde el punto de vista mitológico»), para los antiguos egipcios el día se dividía en 12 horas diurnas y 12 horas nocturnas y comenzaba al amanecer, por lo que el mediodía era en todo caso la hora 6, no la hora 12. Además las horas no eran «discípulos» a los que se les enseñaba (más sobre esto en §12 discípulos), sino que eran lugares pseudo-geográficos donde la barca solar amarraba (según las creencias egipcias, el sol navega en 2 barcas, una diurna y otra nocturna).42
Por otra parte se cita a Murdock que cita a su vez una historia escrita en un papiro (P. British 604) y que se conoce con el nombre de Setna II, formando parte de un ciclo de cuentos que tienen como personaje unificador al príncipe Jaemuaset (Setna), cuarto hijo de Ramsés II.43 Murdock confunde un cuento de aventuras escrito en demótico con un texto religioso-mitológico y afirma que el personaje principal, llamado Si-Osire, es el dios Horus. Sin embargo si Murdock hubiera leído hasta el final de la historia, se habría dado cuenta que en realidad Si-Osire es la reencarnación de un mago que le pidió como favor a Osiris volver al mundo de los vivos para proteger a Egipto de un hechizo de un maligno mago nubio, y ni en los más rebuscados argumentos se puede ver en esta historia otra cosa que un cuento de aventuras fantásticas. Lo contrario sería el equivalente de afirmar que las novelas de Harry Potter son el relato biográfico de Houdini tan solo porque los dos se llaman Harry.
De bautizos y comuniones
Para la afirmación sobre «a la edad de 30» ni Zeitgeist ni el CSG presentan fuentes o referencias, por lo que no se de donde ha salido esa afirmación… por demás absurda pues si con «su ministerio» se refieren a su reinado mitológico sobre Egipto hay que recordar que, como ya vimos previamente, antes de ese hecho estuvo luchando 80 años contra Seth por lo que no es posible que su reinado empezara a los 30 años.
Por lo que refiere a Anup (Anubis), era uno de los principales dioses funerarios y el patrono de la momificación, de ninguna forma iba por ahí bautizando Horuses. La única conexión mitológica que tiene Anubis con todo el ciclo osiríaco es como momificador de Osiris, creando así de forma mitológica la primera momia. No me queda realmente muy claro de que forma lógica se puede compatibilizar mentalmente a Horus, Anubis, y el bautismo, porque del lado de la mitología egipcia no existe absolutamente nada que conecte estas 3 cosas. Por lo que parece, todo se debe a la tesis de Gerald Massey, un poeta y egiptólogo amateur del siglo XIX y del cual hablaré más adelante en el análisis de la bibliografía utilizada por Murdock, pues se verá que citar a autores de hace más de 100 años ignorando todo avance realizado en el último siglo es una práctica común de Zeitgeist.
Por último veamos el tema central, el bautismo. Si somos muy, MUY generosos y laxos con el término, los egipcios si podrían tener un cierto concepto de «bautismo», pero no se asemeja en nada al bautismo de Jesús.
- Para la liturgia cristiana y en particular en la doctrina católica (otras doctrinas pueden tener pequeñas diferencias) el bautismo es un sacramento, un acto de iniciación en la fe cristiana y que se realiza una única vez en la vida. Simboliza la muerte y resurrección de Jesús, metafóricamente simbolizando la «muerte» de la persona como portadora del pecado original y su «resurrección» espiritual en un estado de gracia. Cuando se habla del bautismo de Jesús esto se debe a que a pesar de no tener pecado original Jesús decide bautizarse pues toma para si los pecados de toda la humanidad.44
- Los antiguos egipcios creían que la esencia misma de los dioses vivían en sus estatuas y las trataban como verdaderas imágenes divinas en la Tierra. Esta creencia no era metafórica sino bastante literal, por lo tanto las estatuas divinas guardadas en los Naos (la zona más sagrada) de los templos eran objeto de complejos rituales diarios a semejanza de la rutina diaria de los seres humanos (las estatuas eran vestidas, maquilladas, se les presentaba alimentos, etc). Como parte de estos rituales tenemos la limpieza o «bautismo» que se hacía para «despertar» a la divinidad al amanecer. Se realizaba utilizando agua del lago sagrado del templo, que representaba el estado acuoso del universo antes de la creación (de donde surgió la colina primordial generadora de toda la vida) y por lo tanto era un ritual mágico que renovaba diariamente las fuerzas de la divinidad.45
Como podemos ver el único punto en común entre los dos rituales es que son «baños con agua y sentido religioso», pero nada más. De hecho la concepción del ser humano entre las dos religiones no podría estar más en las antípodas. Al contrario que la religión cristiana, donde el ser humano es el centro de la creación, en los mitos cosmogónicos egipcios el ser humano no tiene ningún papel protagónico y se encuentra al mismo nivel que el resto de los animales, las plantas o las rocas.46
Los 12 discípulos de Horus
La palabra «discípulo» deriva del latín discipulus y significa estudiante o pupilo. No existe ningún texto, sea original egipcio o de autores clásicos, que nos hablen de estudiantes o pupilos de Horus.
Los Shemsu Hor
Lo más cercano que tenemos a esa definición es el término Smsw Hr que se ha traducido como «seguidor (o compañero, asistente o escolta) de Horus» y que es posible encontrarlo en distintos contextos pero nunca en el número de 12:
- los Smsw Hr aparecen como un séquito de un número indefinido de guerreros-compañeros de Horus que lo ayudaron en sus batallas mitológicas contra Seth. Este último dios también era ayudado por su propio séquito de escoltas, los «confederados de Seth».47
- con el nombre de «Los seguidores de Horus» eran conocidos también una serie de 4 estandartes, antiquísimos símbolos reales que aparecen en documentos tan antiguos como la Paleta de Narmer.48
- el Canon Real de Turín los identifica con una serie (también de número indefinido) de reyes legendarios que habrían reinado Egipto después de Horus y antes de los faraones (la secuencia -no histórica sino mitológica- de reinados es la siguiente: Ra → Osiris → Horus → Seguidores de Horus → faraones). Algunos egiptólogos identifican esto como una mención a los reyes predinásticos, pues estos reyes eran conocidos por su título de «nombre de Horus», que se representaba dentro de un Serej (un rectángulo representando la fachada del palacio real y coronado por la figura de Horus).49
- Smsw Hr (y fórmulas de similar significado) fue utilizado también como un título honorífico. Algunos ejemplos: en un dintel encontrado en Fayum se lee que el escriba Maa-nachtef se consideraba «seguidor del buen dios» (Horus); en la tumba de Wernu se menciona entre los títulos de este personaje el de xrp Smsw Hr o «Director de los seguidores de Horus»; Meresanj III, esposa del faraón Jafra (Kefrén), tenía entre sus títulos el de xt Hr.w o «Seguidora de Horus» siendo este un título bastante lógico para las reinas, al identificarse el faraón con Horus.50
El viaje del sol por el Más Allá
De la misma forma que los que ven formas en las nubes, Murdock ve en las representaciones del viaje nocturno del sol alusiones de todo tipo a «los Doce» (así con mayúsculas es como son mencionados en el CSG), pero si analizamos objetivamente las escenas veremos que de ninguna forma pueden estas alusiones ser consideradas como «los 12 discípulos de Horus» y que dicha asociación es realizada de forma bastante forzada por Murdock.
Las 12 horas nocturnas
Como fue explicado anteriormente, los antiguos egipcios dividían el día en 12 horas de luz y 12 horas nocturnas, durante las cuales el sol viajaba en su barca nocturna por el Más Allá. Es por lo tanto entendible que el número 12 aparezca de diferentes formas en estos relatos; sin embargo, que algo se presente de a doce no es condición suficiente para ser comparado con un apóstol de Jesús. Las horas nocturnas, que eran representadas como 12 diosas, eran concebidas como las 12 regiones geográficas del Más Allá por donde el sol transitaba, y su naturaleza como diosas era la de proteger o asistir al sol en su peligroso viaje, siempre desempeñando un rol particular según su región topográfica. Es así por ejemplo que la hora 7 (región donde Ra se enfrentaba a Apofis) era llamada «Repulsora de la serpiente» y la 12 (el final de la noche, donde el sol renacía) «Observadora de la belleza de Ra». En ningún texto egipcio encontramos referencias a las horas como si fueran «compañeras» o «discípulas» y evidentemente, por su propia naturaleza, no formaban parte de la comitiva que viajaba en la barca solar.51
Séptima hora del Amduat: las 12 estrellas que no eran 12
El CSG (página 23) presenta una escena de Horus en un trono frente a 12 divinidades y que es subtitulada como «Horus entronado frente a los Doce, séptima hora de la Amduat», citando como fuente al libro The Ancient Egyptian Books of the Afterlife de Erik Hornung. Sin embargo cuando se consulta dicha obra52 se ve que no existe referencia alguna a «los Doce» y en donde dicha escena es identificada de la siguiente manera:
El dios sol es entronado como «Horus el del Más Allá» y propicia el curso de las estrellas, cuyas personificaciones completan lo que resta del registro. El final muestra a un servicial cocodrilo con la cabeza de Osiris, que asistió en la búsqueda de las partes del dios [Osiris] que estaban a la deriva en el agua.
Erik Hornung, The ancient Egyptian books of the afterlife.
Apreciando el registro completo vs. lo que muestra el CSG, se hace aún más evidente la manipulación al haber sido convenientemente cortado para dar la apariencia de «12».
Consultada al respecto en su foro de internet,53 Murdock ha señalado que las 24 figuras son «las horas de la noche y del día» y que el cocodrilo representa «a Seth», lo que demuestra 2 cosas: que habla sin tener idea y que además ni siquiera lee los libros que cita, pues como se lee claramente más arriba su afirmación contradice lo afirmado por Hornung.
En resumen: los 12 dioses no son 12 sino 24, no son las horas ni «discípulos» sino la personificación de las estrellas y el cocodrilo no es Seth sino un buen amigo de Osiris. Que las 12 diosas finales estén de espalda no significa que pertenezcan a una escena separada e independiente (pues además los textos jeroglíficos que acompañan a la escena descartan esa posibilidad) sino que siguen un simple sentido estético de simetría muy típico del arte egipcio.
Décima hora del Amduat: los 12 ahogados que no eran 12
La siguiente asociación de Murdock es con la escena de la décima hora del Amduat (que es replicada también en la novena hora del Libro de las Puertas) donde se pueden ver a «12» ahogados que son ayudados por Horus para poder sobrevivir en el Más Allá. La muerte por ahogamiento era un tema muy delicado en el antiguo Egipto pues muchas veces no se podía recuperar el cuerpo y por lo tanto realizar la momificación. El espíritu de esta escena es por lo tanto asociar a los ahogados con las aguas primigenias y revitalizadoras del Num y con la ayuda de Horus permitirles ir al Más Allá como al resto de los difuntos.
Más allá que cueste entender que tipo de relación pueden tener una serie de ahogados con los apóstoles de Jesús, los textos jeroglíficos siempre hablan de «ahogados» en plural y sin especificar un número; no se refieren a 12 personas específicas o especiales, sino a una generalización de las almas de todos los ahogados y su representación pictórica no es constante en su número, como se puede ver a continuación.
Adicionalmente Murdock identifica al dios apoyado en un bastón que aparece a la izquierda de los ahogados como «Horus el Viejo» (sospecho que infiriendo: bastón = viejo = Horus el Viejo) pero es víctima de un «falso amigo», pues Horus el Viejo en realidad es un dios fuerte, representa al Horus poderoso que vence a Seth y se lo llama «el Viejo» solo por contraposición a «Horus el Niño». En realidad gracias al Libro de las Puertas sabemos que ese dios apoyado en un bastón es uno de entre las miles de deidades menores que tiene el panteón egipcio y se llama «El que está en el Abismo».54
El libro de las Cavernas
Por último se cita como prueba de estos «12 discípulos» a una comitiva de 12 dioses que tiran de la barca solar en el Libro de las Cavernas. Hago recordar, una vez más, que que algo coincida en número no significa absolutamente nada; los huevos también se cuentan en base 12 y no por eso están relacionados con nada de esto.55 Estos 12 dioses en este texto egipcio son llamados «los remolcadores» pues esa es su función, remolcar a Ra. No tienen nada que ver con ser discípulos de Horus, de hecho conocemos sus nombres (menos el último, que no se ha conservado) y la mayoría son del estilo «El que lleva la cuerda», «El caminante», «El remolcador»… siendo el cuarto dios precisamente Horus.56
No tiene pues ningún sentido asociar estos 12 dioses con “discípulos de Horus” y menos aún hacer un paralelismo con Jesús y sus apóstoles; es más, el motivo gráfico de dioses remolcando la barca solar es común en los textos funerarios y su número no es constante. Murdock hace una vez más un uso selectivo de sus fuentes para ignorar este hecho.
Los milagros de Horus
Nos encontramos con la primera afirmación correcta que hace Zeitgeist aunque en el caso de Horus no hay que interpretar «milagro» como un hecho sobrenatural puntual sino como un «poder mágico» inherente a la divinidad, pues hay que recordar que en el mundo antiguo magia y medicina eran muchas veces dos caras de una misma moneda.
A Horus en su condición de Horus-el-niño e hijo de la «Gran Maga» (Isis) se le asignaban poderes curativos y protectores que se invocaban en los llamados «cippi de Horus», estelas mágicas cubiertas de sortilegios para protegerse de las picaduras de escorpión y otras criaturas peligrosas.
Esta asociación de Horus con la medicina se debe a la leyenda de su nacimiento, según la cual en cierto momento Horus fue picado por un escorpión pero Isis logró curarlo, dándole de esa forma dominio sobre los animales venenosos.
No existe sin emabrgo ninguna referencia, sea en textos egipcios o griegos, sobre que Horus caminara sobre las aguas; las referencias que se citan en CSG y en el libro de Murdock están completamente manipuladas y descontextualizadas.
Los capítulos que se citan del Libro de los Muertos, además de no tener nada que ver con Horus, no son para caminar sobre las aguas sino para poder ingerir agua en el Más Allá; la cita que se hace de un trabajo de Whitney M. Davis está completamente descontextualizada: si se lee se puede apreciar que en realidad el texto citado es un pie de nota que hace referencia a que Horus cruza el «río celestial» con la ayuda de 4 flotadores de junco, por lo que resulta evidente que Horus no camina sobre las aguas.57
Los nombres de Horus
Si bien es cierto que los dioses egipcios en general poseen innumerables epítetos, los listados aquí no surgen como epítetos legítimos de Horus en ninguna fuente egipcia. En algunos casos Murdock toma prestados epítetos de otros dioses, pero la mayoría los crea ex profeso o inventa. Veamos algunos casos a modo de ejemplo.
Títulos inventados
Se afirma que Horus tenía el título de «el Hijo Ungido de Dios» porque era hijo de un dios y algunos textos funerarios relatan como Horus es ungido con aceites, vinos y otros líquidos (al igual que muchos otros dioses); sin embargo ningún texto egipcio menciona «el Hijo Ungido de Dios» como uno de sus epítetos, siendo este un título creado de forma artificial por Murdock para que encaje con los títulos de Jesús.
Fuentes erróneas
Como fuente del título «El Buen Pastor» se menciona al capítulo 142 del Libro de los Muertos,58 el cual recoge más de 140 epítetos de Osiris (que Osiris no sea forzosamente Horus no parece importarle a Murdock, que trata a todos los dioses como si fueran figuritas intercambiables). Luego de leer todo el capítulo varias veces, fui incapaz de localizar siquiera una mención a un pastor.
Horus y la crucifixión
Pasando por alto que el dios traicionado por Seth fue Osiris, no Horus, esta afirmación es la única que tiene algo de sentido… porque lo que le sigue no lo tiene, se mire como se mire.
¿Horus fue crucificado?
El CSG empieza advirtiendo que «la crucifixión de Horus ha sido malinterpretada» y que «debe de interpretarse como una metáfora». Murdock nunca aclara cual es la interpretación metafórica que se ha de hacer, pero si concluye que debe de considerarse en crucifixión «cualquier imagen con los brazos abiertos» y de esa forma iguala a la figura de Jesús crucificado con una representación de Horus con los brazos extendidos (representando la bóveda celeste).
Evidentemente esto no tiene ningún sentido, no ya con la interpretación sui géneris de que Horus está crucificado sino hasta con la propia premisa esgrimida al inicio de que se debe de interpretar todo esto como algo metafórico; aún en ese caso resulta evidente que las 2 supuestas metáforas no son en absoluto comparables. Por otra parte la crucifixión de Jesús, sea este un hecho histórico o no, no es ninguna metáfora sino que representa una forma de tortura y ejecución muy real, de la cual hay sobradas evidencias históricas de su práctica en el Imperio Romano (e inclusive mucho antes) tal como atestiguan tanto las evidencias arqueológicas como cronistas del calibre de Flavio Josefo, Plauto o Séneca.
Así pues la respuesta a la pregunta es un categórico y rotundo NO, Horus no fue crucificado, de la misma forma que un niño que salta alegremente con los brazos abiertos no está siendo crucificado. Los «brazos extendidos» de Horus y los «brazos extendidos» de Jesús no tienen nada que ver, sea que uno lo quiera interpretar de forma literal o metafóricamente.
¿Horus sepultado y resucitado?
Para estar sepultado y resucitar se debe primero morir; a pesar de lo afirmado en CSG ningún mito o leyenda nos presenta la muerte de Horus y mucho menos su enterramiento y resurrección, sino que el que muere es el dios Osiris.59
Con respecto a Osiris, los «3 días» en realidad no están atestiguados por «antiguos textos egipcios» como afirma Murdock sino que la única alusión es por parte de Plutarco al relatar no el mito en si sino una ceremonia religiosa por demás confusa, pues Plutarco indica claramente que la ceremonia dura 4 días, no 3, y su significado no tiene en absoluto que ver con el sol -como afirma Murdock- sino con el ciclo del Nilo y la conexión de Osiris con el resurgimiento de la tierra fértil luego de la inundación anual. Esta ceremonia puede ser parte de los llamados «Festivales de Osiris en el mes de Koiak» que justamente giran en torno al ciclo osiríaco y si son ampliamente atestiguados por las fuentes egipcias, pero en una duración mucho más extensa que 3 días.60
Para finalizar, la «resucitación» de Osiris no es igual a la resucitación de Jesús. La de este último es además de su mensaje metafórico una resucitación física, corpórea; la del primero es una resucitación metafísica en el Más Allá, pero nunca deja de estar físicamente muerto.
Signos zodiacales en el antiguo Egipto
La división de la eclíptica en 12 regiones o «signos» iguales de 30 grados cada uno es una división abstracta que no tiene un paralelismo visual en las constelaciones reales de las cuales los signos toman nombre, pues dichas constelaciones tienen diferentes formas y tamaños; así pues aunque los signos de Virgo y Escorpio son de igual longitud, la longitud eclíptica de la constelación de Virgo es 5 veces mayor que la de Escorpio. Dicha división así como la identificación de las constelaciones zodiacales es originaria de la astrología babilónica (luego adaptada y asimilada por los griegos) y probablemente era totalmente desconocida por los antiguos egipcios hasta entrada la época tardía (dominación persa) o ptolemaica (dominación griega).
Así pues es imposible aceptar como verdadera la afirmación de Zeitgeist. La identificación de las estrellas concretas que conformaban las constelaciones egipcias es aún objeto de estudio y aún compartiendo forma o denominación común con las constelaciones zodiacales no es posible realizar una extrapolación; por ejemplo la constelación mysxtyw en donde los egipcios veían una pata de toro (o a veces un toro completo) no representa la zodiacal constelación de Tauro sino que hay que identificarla con el asterismo de El Carro en la constelación de la Osa Mayor.
Llegados a este punto es casi obligatorio mencionar brevemente el famoso Zodíaco de Dendera, un bajorrelieve datado aprox. en el 50 a. C. y que se ha comúnmente malinterpretado, empezando por su propio nombre. A pesar de su denominación no se trata estrictamente de un zodíaco sino de un collage de concepciones de diferentes culturas, donde no solo aparecen representadas las constelaciones zodiacales babilónicas sino que también se representan constelaciones egipcias, otras estrellas, planetas y figuras fantasía o de difícil interpretación junto con horror vacui y donde algunas constelaciones aparecen cambiadas de orden o incluso repetidas. Por todo esto no debe de interpretarse como una representación real del firmamento ni como una fuente primaria de las ideas originales egipcias. También notar que tampoco aparecen representados los signos zodiacales, «eras» ni ninguna división equivalente.61
Al contrario que el ciclo sotíaco de 1460 años y del que hay sobradas evidencias de su conocimiento por parte de los egipcios, no se puede decir lo mismo de la precesión de los equinoccios, cuyo descubrimiento debe ser atribuido al astrónomo griego Hiparco de Nicea (190-120 a. C.).
Sobre la «inmaculada concepción»
del Templo de Luxor
En lo que se ha convertido ya casi en una rutina, Murdock una vez más intenta pasar su propia interpretación fantasiosa como si fuera lo comúnmente aceptado, a pesar que la mayoría de sus fuentes o no son egiptólogos o son interpretaciones extremadamente antiguas… y en muchos casos, ambas cosas a la vez.
Kemp, profesor de egiptología de la Universidad de Cambridge y el único egiptólogo serio y moderno que es citado para sustentar su particular visión sobre la escena representada en el Templo de Luxor, es en realidad citado solo a medias, con el claro propósito de hacernos creer que su interpretación concuerda con la de Murdock. Sin embargo es esta, y no otra, la conclusión a la que llega Kemp en referencia a dicha escena:62
Ya hemos examinado el proceso por el cual la divinidad era primeramente infundida en el niño mortal destinado a ser rey. Era explicado de una forma bastante literal, como generado por la unión sexual de su madre y el dios Amón, que asume temporalmente la forma de su padre. Un conjunto de escenas que ilustran esto aparecen en la parte interior del Templo de Luxor.
Barry J. Kemp, Ancient Egypt: anatomy of a civilization.
Así pues, contrario a lo que pretende hacernos creer Murdock, Kemp está lejos de interpretar la escena del Templo de Luxor como un acto asexual. Por otra parte Jnum no es el «espíritu santo» que «impregna a la virgen» sino que es el dios que moldea es su torno de alfarero el Ka (espíritu) divino del futuro faraón, dándole así la legitimidad arquetípica necesaria para gobernar; sobre la famosa «virginidad» ya se ha rebatido ese aspecto en el análisis específico sobre la virginidad de Isis. Hay que concluir por lo tanto que esta escena no representa nada asexual o virginal sino una unión bastante literal y carnal entre Amón (en la figura del rey) y la reina.
Los 10 Mandamientos vs.
el capítulo 125 del Libro de los Muertos
El capítulo 125 del Libro de los Muertos aunque es más extenso, es sin dudas famoso por la llamada «confesión negativa», 36 declaraciones de inocencia que el difunto debía de hacer para poder ser declarado «justo de voz» y así renacer en el Más Allá. Las declaraciones van desde un genérico «No maté» hasta un no tan genérico «No comencé el día recibiendo una comisión de las gentes que debían trabajar para mi y mi nombre no llegó a las funciones de un jefe de esclavos».63
No debe de extrañar que haya coincidencias, pues no es necesario ningún contacto cultural para que dos sociedades diferentes lleguen a la conclusión de que robar y matar no es un valor moral positivo. Sin embargo salvo los más genéricos y cortos, no existe una apropiación casi literal como quiere hacernos creer Murdock. Los mandamientos menos genéricos y claros fundamentos del cristianismo como lo son el creer en un único dios, descansar el día sábado o no pronunciar el nombre de Dios a la ligera tienen ni siquiera un equivalencia conceptual en el Libro de los Muertos, algo por demás lógico considerando el carácter no-monoteista de la religión egipcia.
Análisis de la bibliografía empleada
Aunque en este artículo ya he mencionado varios de los problemas presentes en la selección bibliográfica utilizada por Murdock, el propio CSG se jacta de su extensa bibliografía y nos invita a analizarla. Así pues, no puedo terminar esta crítica sin tomar como propio el desafío lanzado y analizar la bibliografía que sustenta las afirmaciones realizadas en Zeitgeist.
Obras anticuadas y obsoletas
Murdock intenta revestir su trabajo de un halo de rigor académico citando a numerosos egiptólogos considerados serios, sin embargo se apoya principalmente en obras ya antiguas y obsoletas, de principios del siglo XX o inclusive del siglo XIX. En este grupo nos encontramos por ejemplo a los egiptólogos E. W. Budge (1857-1934) y Heinrich Brugsch (1827-1894) que con frecuencia (sobretodo el primero) son utilizados para referenciar pasajes sobre escritura jeroglífica e ideas religiosas del antiguo Egipto. Sin embargo la Egiptología es una ciencia muy moderna y en el siglo XIX estaba recién en pañales… se ha avanzado mucho desde sus inicios, sobretodo justamente en temas de religión y lenguaje.
Ignorar todo avance moderno y citar como ciertas ideas y teorías largamente abandonadas por la Egiptología moderna implica un claro sesgo por mucho que quieras adornar tu trabajo con nombres rimbombantes.
Citas parciales y manipuladas
Quizás más grave aún que utilizar obras obsoletas como si aún fueran válidas, es descontextualizar y manipular de forma clara e intencional obras de académicos actuales para que parezca que apoyan tu tesis. Como ya vimos a lo largo de este artículo, Barry J. Kemp, Whitney M. Davis o Erik Hornung son algunos de los egiptólogos actuales que han visto como Murdock ha manipulado sus obras y dichos, citándolos de forma parcial, omitiendo la información incómoda e inclusive afirmando conclusiones contrarias a las realmente sostenidas por dichos autores.
Esta manipulación también se aprecia en el manejo de los autores clásicos como Plutarco o Proclo, de los cuales se realizan traducciones ad hoc y se citan pasajes «amistosos» con la tesis de Zeitgeist pero se omiten otros, de los mismos autores y que inclusive pertenecen a los mismos libros citados, que la contradicen.
Pseudo-egiptólogos
Gerald Massey (1828-1907).
Massey fue uno de los primeros en intentar relacionar al cristianismo con la religión egipcia, pero no solo nunca fue ningún egiptólogo profesional o reconocido como tal (es hasta complicado encontrar información biográfica sobre este autor), sino que además sus concepciones se basan en los conocimientos arcaicos y obsoletos que se tenían sobre la religión y escritura egipcia a finales del siglo XIX (y por supuesto no cita fuentes ni referencias en la mayoría de sus afirmaciones). Hornung lo define como un «teosofista»65 y el propio Massey se queja amargamente de como sus libros fueron recibidos en su Inglaterra natal: «con la ortodoxa conspiración del silencio».66 Estamos por lo tanto frente a un autor cuyas teorías no solo no son representativas de los conocimientos actuales sino que nunca tuvieron eco por fuera de ciertos círculos esotéricos.
Auto-citas
El CSG, escrito por Murdock, cita como fuente de muchas de sus afirmaciones a la propia Murdock. Cosa lógica, pues no deja de ser una versión condensada de su libro «Christ in Egypt: The Horus-Jesus Connection«. No escapa a la lógica, pues, que su libro sufra de problemas similares a los que presenta Zeitgeist, llegando inclusive a inventarse muchas de sus afirmaciones o respaldándolas con «investigación original» de la autora.
Conclusión
Luego de haber analizado y desmenuzado los argumentos y afirmaciones de Zeitgeist, la respuesta a la pregunta que inició el artículo parece ser una obviedad. La fiabilidad histórica de los datos presentados en Zeitgeist es en su mayoría totalmente nula y los (poquísimos) aciertos que contiene parecen ser más fruto de la casualidad que de una rigurosa investigación.
La investigación rigurosa en Zeitgeist es lamentablemente una débil fachada bajo la que se esconde un pseudo-documental que se toma muy en serio su propia mentira e incurre en algunas de las peores practicas de la pseudociencia. Porque cuando se hace una afirmación falsa sin ningún tipo de prueba es fácil darse cuenta del engaño, pero es mucho más difícil cuando se la adorna con nombres rimbombantes y uno se pierde en un laberinto de datos obsoletos y citas manipuladas.
- Wilkinson (2003, pp. 200-203). ↩
- Hornung (1996, p. 82). ↩
- Te Velde & Te Velde (1977, p. 109). ↩
- Wilkinson (2003, pp. 197-199). ↩
- En línea en Egiptologia.org – El Nombre Secreto de Ra. ↩
- «The book of the Heavenly Cow» en Simpson et al. (2003, pp. 289-298) y también en línea en Egiptologia.org – La Vaca del Cielo. ↩
- «The contendings of Horus and Seth» en Simpson et al. (2003, pp. 91-103) y también en línea en Egiptologia.org – El juicio de Horus y Seth. ↩
- Wilkinson (2003, pp. 205-209). ↩
- En línea en Egiptologia.org – El Libro del Amduat: séptima hora. ↩
- Belmonte en Belmonte & Shaltout (2009, pp. 77-131). ↩
- Lull (2006, pp. 65-108). ↩
- En realidad el calendario gregoriano tampoco es perfecto y produce un adelantamiento de 1 día cada 3000 años. ↩
- Plutarco (1936, p. 65), se puede consultar en Perseus §65. ↩
- Plutarco (1936, p. 68), se puede consultar en Perseus §68. ↩
- Allen (2000, pp. 107-111). ↩
- Budge (1920). ↩
- Sánchez Rodríguez (2000), Faulkner (1962) o Thesaurus Linguae Aegyptiae (que lista la increíble cifra de 1.100.000 términos), por citar 3 ejemplos. ↩
- Krauss en Hornung et al. (2006, p. 453). ↩
- Belmonte, Shaltout & Fekri en Belmonte & Shaltout (2009, pp. 213-283). ↩
- CopticChurch.net – The Glorious Feast of Nativity: 7 January? 29 Kiahk? 25 December? ↩
- Schaff (1885, p. 333), se puede consultar en CCEL. ↩
- Graves-Brown (2010, p. 57). ↩
- Te Velde & Te Velde (1977, p. 107). ↩
- Allen (2000, p. 363). ↩
- Murdock (2008, pp. 124-138). ↩
- Aún asumiendo la tesis Isis=Mry y María=Mry, la conclusión Isis=María es una generalización apresurada basada en un falso dilema. ↩
- Plutarco (1936, p. 68), se puede consultar en Perseus §12. ↩
- Faulkner (1962, p. 166). ↩
- Thesaurus Linguae Aegyptiae ref. Wb 3, 53.12-20; LGG V, 101 f. (lemma-no. 500613). ↩
- «Mädchen» en WordReference (Alemán > Inglés). ↩
- Sánchez Rodríguez (2000, p. 288). ↩
- Mercer (1952) concretamente sortilegios 389:682c, 412:728a y 675:2002a. ↩
- Thesaurus Linguae Aegyptiae ref. Wb 3, 52.2-53.5 (lemma-no. 103020). ↩
- Thesaurus Linguae Aegyptiae ref. Wb 1, 185.15-16; DrogWb 91 (lemma-no. 37730). ↩
- Plutarco (1936, p. 09) y Proclo (2007, p. 192). Plutarco se puede consultar en Perseus §09 y para Proclo también se puede consultar una muy similar traducción disponible en archive.org. ↩
- Plutarco aquí evidentemente otra vez malinterpreta las concepciones originales egipcias. ↩
- Los griegos identificaban a su propia diosa Atenea con la diosa egipcia Neith, cuyo principal centro de culto se encontraba en la ciudad de Sais. ↩ ↩
- Wilkinson (2003, p. 157). ↩
- Higgins (2012). ↩
- Mateo 2:2 y siguientes. ↩
- Para más detalles sobre la traducción bíblica y esta estrella, ver Star of Bethlehem en Interdisciplinary Encyclopedia of Religion and Science. ↩
- Lull (2006, p. 148). ↩
- Simpson et al. (2003, pp. 470-489). ↩
- «Baptism» en Herbermann (1913) disponible en su versión en línea. ↩
- Castel (1998, pp. 107-135). ↩
- Germond (2001, pp. 11-13). ↩
- Allen (2005). ↩
- Kemp (2006, p. 84). ↩
- Gardiner (1959). ↩
- Thesaurus Linguae Aegyptiae lemma-no. 859543, 850181 y 450540. ↩
- Wilkinson (2003, p. 83). ↩
- Hornung (1999, p. 39). ↩
- Ver su mensaje del 16 de Septiembre 2010 en el tema FreeThoughtNation – Horus and the 12 Disciples. ↩
- Weeks (2005, p. 327). ↩
- El motivo es simplemente práctico, 12 es un número altamente divisible y da resultados enteros para 1/2, 1/3, 1/4 y 1/6. ↩
- En línea en Egiptologia.org – El Libro de las Cavernas, escena final. ↩
- Davis (1977). ↩
- Lara Peinado (1993, pp. 248-254). ↩
- Guilhou (1998) también en línea traducido al inglés en Osirisnet. ↩
- Ver el artículo en línea «The Festivals of Khoiak» en la web del University College London. ↩
- Belmonte & Lull en Belmonte & Shaltout (2009, pp. 155-194). ↩
- Kemp (2006, p. 270). ↩
- Lara Peinado (1993, pp. 199-214). ↩
- Éxodo 20, 2-17, Nueva Versión Internacional. ↩
- Hornung (2001, p. 174). ↩
- Massey (1907). ↩
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